Picasso y Braque no se conocieron por casualidad. Sus vidas artísticas se cruzaron en el momento oportuno, para juntos emprender la difícil y sólida tarea de reinventar el Arte. Porque en el Arte como todo en la vida la evolución es constante y cada artista deja una huella que después otro encontrará para darle cada vez un sentido más preciso.
Pues lo más probable es que se conocieran en algún café del barrio de Montmartre en Paris, pues es allí donde vivían los dos. En 1907 este barrio estaba repleto de artistas que habían trasladado allí sus estudios con el fin de disfrutar de la buena luz y poder compartir experiencias con otros artistas del momento.
Van Gogh, Toulousse Lautrec, Modigliani, Monet, Renoir, Dalí, Matisse, Degas…
Pues esos cafés parisinos eran el lugar de reunión de estos artistas y allí conversaban sobre temas de arte y me imagino que de otras cosas.
Cuentan que los presentó un señor llamado Apollinaire y que a partir de ahí se hicieron inseparables artísticamente durante algunos años. Investigaron juntos y crearon juntos hasta no saber quién era quien, es decir, que si no era por la firma no sabríamos si era Picasso o Braque. ¿Verdad que las obras que vemos abajo tienen mucha similitud entre ellas?
Menudo lío verdad, porque hasta entonces en toda la historia del Arte no se había conocido una simbiosis parecida. Quizá esto también tenía que ver con lo que estaban descubriendo. Bueno, ahora reflexionando seguro que habría muchas simbiosis parecidas pero…encubiertas. Otro día hablaré sobre eso.
Pues se conocieron, hablaron, pintaron juntos e inventaron o descubrieron el CUBISMO. Y en palabras de John Golding un gran estudioso de este movimiento artístico:
“El Cubismo fue quizá la más importante y sin duda la más completa y radical revolución artística desde el Renacimiento. Las nuevas formas sociales, el cambio del mecenazgo, las variables condiciones geográficas, todos estos factores habían ido produciendo durante los últimos quinientos años una sucesión de diferentes escuelas, diferentes estilos y diferentes idiomas pictóricos. Pero ninguno había alterado los principios y sacudido los fundamentos de la pintura occidental tanto como el Cubismo”.
Fijaros que importante para todo lo que vendría después. Tanto en pintura, escultura, arquitectura, fotografía…
El Guernica, pintado por Picasso 30 años después, sigue bebiendo de las fuentes cubistas.
Sus efectos hoy en día aún permanecen y pueden verse en gran parte del Arte actual.
Pues Picasso y Braque en su incansable deseo de conocer arte visitaban museos por todo Paris. Y no solo museos sino también mercados y tiendas de antigüedades donde encontrar objetos que les sirvieran como fuente de inspiración.
Por aquella época la arqueología y la etnología fueron llevadas al rango de ciencias y eso hizo que se descubrieran muchos objetos y obras de arte de culturas milenarias.
Antes de conocerse, Picasso sintió una inmensa atracción por la escultura africana, en concreto por las máscaras. Tenía en su taller una gran colección que contemplaba una y otra vez. ¿Guardaban estas obras un sentido mágico?, pensaba Picasso.
En la fotografía de abajo vemos a Picasso en su estudio rodeado de esculturas africanas, exvotos y cerámicas.
También por aquellos años se celebró en el Louvre una exposición de escultura ibérica y Picasso quedó prendado de su estética.
La verdad es que en ese momento, Picasso comenzaba a experimentar una nueva forma de concebir la pintura. Las señoritas de Avignon, pintada en 1907, es un cuadro donde vemos claramente ese primer atisbo de Cubismo. Es considerado por muchos especialistas como el inicio del Arte Contemporáneo.
Cuando Picasso quitó la tela que cubría las Señoritas de Avignon, su amigo Braque quedó perplejo. Esto era lo más nuevo e impresionante que había visto jamás.
¿Qué opinas le preguntó Picasso? Ufff, es rompedor, diferente, fresco, nuevo…respondió Braque. La verdad es que el concepto de belleza dista mucho del que los griegos tenían.
Claro, respondió Picasso, cuando se trata de romper con lo anterior, no solo hablamos de técnica sino también de estética, efectivamente venimos repitiendo un concepto de belleza desde la antigua Grecia. Ya es hora de que la belleza sea diferente. Las proporciones ahora no son tan importantes, prosiguió Picasso, ahora la expresión de los rostros y el movimiento de las figuras crean una nueva sensación en el espiritu del que contempla la obra.
También me he dado cuenta que las figuras parecen tallas de madera sacadas de un tronco. Dijo Braque. Además parecen esculturas.
Y ha desaparecido el modelado para dar paso al plano. Si te has fijado el fondo y la figura están en el mismo espacio.
Es verdad, dijo Braque, se entremezclan formando una especie de puzzle.
Y si te fijas bien he eliminado muchos colores, porque así destaco la expresión y las formas que es lo que me interesa.
Divertidisimo, comentó Braque. Esto es un juego…porque de eso trata el nuevo Arte.
Ahora vamos a mirar este famoso bodegón de Zurbarán, seguro que muchos lo conocéis. Pues este cuadro está pintado visto desde un mismo punto de vista. Es como si lo viéramos a través de una ventana, incluso los pintores colocan una señal en el suelo para colocarse en el mismo ángulo. Esto es lo que llamamos ventana albertiana. Los objetos están colocados en primer término y el fondo oscuro está detrás. Los objetos están modelados según la luz. Vemos partes iluminadas y partes en sombra.
Ahora vamos a mirar este bodegón de violin y partitura, pintado por Picasso en 1912. Los términos desaparecen. El objeto y el fondo se entremezclan formando diferentes planos. Apenas podemos distinguir el violin porque se ha desfragmentado, rompiendo así con el punto de vista único. Desaparece la ventana para abrirse numerosas puertas. Ahora el objeto es múltiple en su concepción. En realidad si nos fijamos en un objeto y lo miramos desde diferentes ángulos el objeto se convierte en algo infinito, al igual que los planos que vemos en este cuadro. Podemos mirar un violin desde arriba, desde abajo, lateral, inclinado, tumbado, girado…el objeto es el mismo pero múltiple a la vez.
Con esta idea comenzaron la nueva andadura los pintores nuevos o pintores cubistas, teniendo como padres al maestro Cezanne, que sin saberlo, ya andaba investigando estas cosas.
Picasso y Braque se metieron en sus estudios e investigaron hasta ya no poder más. Sus caminos artísticos se separaron en un momento, pero el Cubismo ya se quedó para siempre en su Arte. Fueron evolucionando hacia temáticas y conceptos diferentes abriendo paso a nuevas ideas.
En estas obras de Picasso y Braque podemos ver como el concepto del cubismo permanece para siempre en sus obras.
En el Cuadrado azul, escuela de arte en Plasencia también aprendemos de los pintores cubistas para así asimilar nuevos conceptos que enriquezcan nuestra obra personal.
Obras de nuestro taller de adultos.